No hay final sin un adiós, ni final sin un perdón,

De mis traumas las memorias que quedaron sin salvación,

Me inundo en la miseria que tú corazón pudrió,

Odiando[me] otra vez por lastimar a quien me protegió,

Por entregarme a los miedos anudados a mi corazón,

Que me acechan como la noche a la mañana,

Y tengo miedo... De perderme, de perder[te]

La mente dividida, la vista al frente,

Ya no importan las interrogantes, todas al cajón,

Mi corazón herido siempre será de quien lo protegió 

Y tú, con miedo, lo cuidaste desde el inicio,

Sin importar mi condición, ni mi temperamento,

Aprendiste a quererme y a entenderme, 

Valiosa me siento dentro de tu cuerpo,

Jamás pensé que podría construir un amor tan brillante,

Que encandila mis ojos tan solo con mirarte.